La displasia de cadera en bebés es una malformación que se produce por el desarrollo anormal de la articulación fémur-pelvis, en la cual la cabeza del fémur no encaja correctamente en la cavidad cóncava de la pelvis.
¿Cómo puede ser detectada la displasia de cadera en bebés y niños?
Durante la evaluación médica inicial del recién nacido, pero algunas veces se detecta más tarde porque se ha desarrollado posteriormente; por lo cual se considera a la displasia de cadera un trastorno evolutivo también se le denomina displasia evolutiva de cadera.
Cuando la cavidad cóncava de la pelvis que debe contener la cabeza del fémur no se forma adecuadamente, se denomina displasia. Cuando el trastorno es la cabeza de fémur fuera de la cavidad de la cadera nos encontrmos ante una luxación. Esto nos indica que la articulación no se formará adecuadamente, la pierna será más corta y el futuro niño caminará con dificultad y cojera.
En el caso de que el fémur esté en su sitio pero tiende a salirse de la cavidad pélvica se le denomina cadera inmadura y por lo general no requiere tratamiento.
¿Qué causa la displasia de cadera en bebés y niños?
Aunque las causas son desconocidas, la genética está involucrada en este trastorno, aunque no es su causa directa.
¿Con que frecuencia se produce la displasia de caderas en bebés y niños?
Si uno de los padres tiene displasia evolutiva de cadera, el riesgo de que uno de los hijos lo sufra es del 12%; mientras que si uno de los padres y uno de sus hijos lo tiene también, la probabilidad de que los futuros hijos sufran de displasia de cadera aumenta al 36%. Si un niño tiene displasia de cadera, la probabilidad de que su hermano la sufra es del 6%.
¿Qué factores pueden incidir en la displasia de cadera en los bebés?
- La posición fetal en el vientre materno puede aumentar la presión sobre las articulaciones de la cadera del feto causando distensión de los ligamentos (en posición fetal normal); pero cuando la posición fetal es sentado, el futuro bebé es propenso a presentar inestabilidad de la cadera.
- Hormonas maternas para el nacimiento. La madre produce hormonas que permiten la relajación de los ligamentos del feto para facilitar su paso a través del canal del parto; pero si el bebé es más sensible a esa hormona, la laxitud de los ligamentos puede ser mayor a la esperada y propiciar la displasia.
- Huesos blandos de la articulación de la cadera de los bebés y niños. Al ser más blandos, pueden predisponer a la desalineación de la cadera de los bebés y niños; por cuanto el acetábulo (parte cóncava que recibe la cabeza del fémur) está formado principalmente por cartílagos.
- Posición del niño en su primer año. Cuando el bebé es mantenido sujeto en elementos que mantienen sus piernas juntas e inmovilizadas tendrá más probabilidad de sufrir displasia de cadera que aquellos niños que son transportados manteniendo sus caderas y piernas separadas, mientras están sujetos al cuerpo de la madre.
¿Qué señales pueden indicar a los padres que el bebé o niño tiene displasia de cadera?
Entre las señales más comunes que indican a los padres que su bebé o niño tiene este trastorno, están:
- Asimetría: Ante la presencia de una asimetría de los pliegues de los glúteos del bebé. En este caso se debe realizarle una radiografía para descartar o confirmar la sugerencia de displasia de caderas.
- Limitación de movilidad de las caderas: se puede detectar cuando las caderas no se mueven con facilidad durante la colocación de los pañales al bebé, por ejemplo.
- Lordosis: se trata de una diferencia en la longitud de las extremidades inferiores o de una cojera con una curvatura de la espalda baja muy pronunciada. Si la cojera se produce mucho después de que el niño comenzó a caminar sin problemas iniciales de cojera, esta señal correspondería a otros trastornos distintos a la displasia.
¿Son los clics de cadera indicativos de displasia de cadera?
Aunque el sonido en las caderas de los bebés puede sugerir una displasia de caderas, hay que indicar que este sonido también se presenta en caderas normales de bebés (producido por los ligamentos que están alrededor de la articulación de la cadera). Así que ante su presencia, solo se requiere de observación por parte de los padres y acudir a consulta.
Aunque el sonido en las caderas de los bebés puede sugerir una displasia de caderas, hay que indicar que este sonido también se presenta en caderas normales de bebés
Tratamiento de la displasia de cadera en bebés y niños
Los métodos de tratamiento para la displasia de caderas en bebés y niños se clasifican en métodos no quirúrgicos y quirúrgicos.
Métodos no quirúrgicos
Para los niños menores a 6 meses, con bajos grados de displasia, el tratamiento médico aceptado es del tipo ortopédico (método no quirúrgico), manteniendo las piernas del bebé separadas con una férula para favorecer el adecuado desarrollo de la articulación de su cadera. Ahora, cuando este tratamiento no es efectivo, el diagnóstico es tardío o la displasia es grave, el traumatólogo infantil puede recomendar la cirugía.
Método quirúrgico
El método quirúrgico supone la eliminación del trastorno de la displasia a través de procesos invasivos de cirugía, tras la cual se procede a la inmovilización de la cadera para alinearla en la posición que debe tener una cadera normal.
Entre las cirugías para las displasias de caderas de los bebés y niños se pueden nombrar: reducción cerrada, reducción abierta, osteotomía pélvica y la osteotomía femoral.
Conclusiones
Como conclusión, ante cualquier señal que pueda indicar displasia de cadera en bebés y niños o dudas, acudir al traumatólogo para un diagnóstico será la opción más acertada para el beneficio y bienestar del bebé.
Pida cita previa en el ☎ 91 376 70 40.
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